Alfonso XII vivió apenas 27 años y reinó tan solo once, desde 1874 hasta 1885, cuando una crisis de la tuberculosis que padecía en secreto desde hacía años, acabó con él.
Su llegada al trono acabó con la desastrosa Primera República y se le conoció como "el Pacificador". Tras años convulsos de guerras y tras la frustrada monarquía de Amadeo de Saboya (1871-1873), llegó al poder para restaurar la monarquía borbónica, que se había acabado cuando su madre Isabel II tuvo que salir pitando a Francia tras la Revolución Gloriosa en 1868. En definitiva, supuso la consolidación de la monarquía después de tantos conflictos. Además, durante su gobierno finalizó la tercera guerra carlista y se firmó un acuerdo transitorio de paz en Cuba.
Impulsó una monarquía constitucional no democrática estricta, con un sistema político basado en el “turno pacífico” de partidos entre conservadores y liberales (Cánovas y Sagasta). Lo cual enfureció a otros nuevas corrientes (socialistas, comunistas, anarquistas) que sembraron España de atentados e intentaron acabar dos veces con su vida.
Lo cierto es que Alfonso XII promovió la modernización de España, procurando la unidad nacional, la paz social y el avance económico.
Su reinado fue intenso al igual que su vida privada y murió sin saber si el hijo que esperaba su segunda mujer sería un varón y su reinado tendría continuidad o si habría nuevamente guerras en España por la disputa del trono. Y fue un verón, Alfonso XIII, primer rey español que lo fue desde su nacimiento en 1886 y que nació poco después de morir él.