Los indoescitas (también llamados indo-sakas) fueron un grupo de pueblos nómadas de origen iranio-escita que migraron desde Asia Central hacia el sur, estableciéndose entre los siglos II a.C. y IV d.C. en regiones que hoy corresponden a Afganistán, el este de Irán, Pakistán y el norte de la India.
Origen y migraciones
Procedían de las estepas de Asia Central, descendientes de los escitas (Sakas), famosos por su cultura ecuestre y su vida nómada.
Su migración hacia el subcontinente indio fue motivada por presiones de otros pueblos nómadas, como los Yuezhi, y por la búsqueda de nuevas tierras y rutas comerciales.
Formación de reinos y dinastías
El primer rey indoescita importante fue Maues (o Moga), quien a mediados del siglo I a.C. estableció su dominio en Gandhara y el valle del Indo.
Los indoescitas conquistaron territorios previamente bajo control de los indogriegos y fundaron varias dinastías, como los sátrapas occidentales y septentrionales, gobernando amplias zonas del noroeste del subcontinente.
Características culturales y políticas
Adoptaron elementos de la cultura griega, india e iraní, reflejados en su arte, religión y monedas.
Su gobierno fue monárquico, pero con divisiones regionales bajo sátrapas (gobernadores).
Su lengua incluía variantes del saka (escita), griego, pali, sánscrito y prácrito, y emplearon escrituras como la karoshthi y la brahmi.
Legado e influencia
Tuvieron un papel clave en el intercambio cultural entre Asia Central y el subcontinente indio, facilitando la difusión de religiones como el budismo y el hinduismo.
Su poder declinó a partir del siglo II d.C. tras derrotas ante el Imperio Kushán y los Satavahanas, y finalmente fueron absorbidos por el Imperio Gupta en el siglo IV.
Azes I (c. 48/47 a.C.–25 a.C.), fue el rey más conocido, quien consolidó la dominación escita en Gandhara tras las campañas de Maues y sus sucesores. Bajo su gobierno, los indoescitas lograron controlar extensos territorios en el noroeste del subcontinente indio. Una de sus contribuciones más duraderas fue la instauración de la llamada Era Azes, un sistema de cómputo cronológico que comenzó alrededor del 47/46 a.C. y que fue utilizado en inscripciones y monedas, facilitando la datación de acontecimientos y reinados posteriores en la región
A nivel numismático, las monedas de Azes son muy apreciadas, tanto por su iconografía helenística como por los sistemas bilingües (griego y kharosthi) empleados en sus leyendas, reflejando la diversidad cultural y política de la región en esa época.