Los nabateos eran un antiguo pueblo árabe cuyo territorio se extendía especialmente al sur y este de la región que hoy comprende Israel, Jordania, Arabia Saudí, Siria y la península del Sinaí. Se les considera principalmente nómadas beduinos que recorrían el desierto de Arabia, conocidos por su espíritu trashumante, aunque con el tiempo se asentaron en ciudades y desarrollaron una civilización organizada.

Su capital más famosa fue Petra (llamada Raqmu por ellos), una ciudad monumental excavada en la roca, situada en la actual Jordania, que fue un centro clave en las rutas comerciales de la antigüedad. Controlaban importantes rutas de caravanas que transportaban mercancías valiosas como incienso, mirra, especias y otros artículos de lujo entre Arabia, el Mar Rojo, India y el Mediterráneo.

Originarios probablemente de la península arábiga, se les relaciona con la tribu bíblica de Nebayot, descendientes del hijo de Ismael, aunque esta identificación es discutida. Su idioma era una variante del arameo y practicaban una religión politeísta.

Durante su mayor esplendor, entre los siglos IV a.C. y I d.C., los nabateos fueron expertos en comercio, artesanía del cuero, vidrio y cerámica, así como en arquitectura y escultura con influencia helenística. También demostraron habilidades en la gestión de recursos hídricos en el desierto, lo que les permitió prosperar en un entorno difícil.

El reino nabateo mantuvo su independencia hasta el año 106 d.C., cuando fue incorporado al Imperio Romano, pasando a ser conocido como Arabia Pétrea. Su territorio incluyó ciudades importantes como Petra, Madain Saleh (en Arabia Saudí) y Bosra (en Siria).

Los reyes nabateos, notablemente Aretas I y Aretas III, ejercieron poder considerable, y su riqueza se mostraba en la monumentalidad de sus construcciones y enterramientos. Aunque inicialmente estuvieron aliados con los macabeos judíos, luego se convirtieron en sus rivales. Finalmente, su civilización fue absorbiéndose en el contexto romano y sus ciudades fueron usadas como bases militares y comerciales.

Principales monarcas

  • Aretas I (c. 169 a.C.): Considerado el primer rey conocido y fundador temprano del reino nabateo.

  • Aretas II (120/110 a 96 a.C.): Sucesor posiblemente ligado a Rabbel I; amplió el reino y reforzó las rutas comerciales.

  • Obodas I (c. 96 a 85 a.C.): Destacado por sus victorias militares, especialmente contra los hasmoneos y la expansión del reino.

  • Rabbel I (c. 85/84 a.C.): Sucesor de Obodas I; datos sobre su reinado son limitados.

  • Aretas III Philhellen (84 a 60/59 a.C.): Rey helenista reconocido por Roma en el 62 a.C.; expandió territorios e integró influencias helénicas.

  • Obodas II (62/61 a 60/59 a.C.): Reino breve y su existencia ha sido motivo de debate, probablemente solo unos meses.

  • Malichus I (59 a 30 a.C.): Consolidó el control nabateo y fortaleció el poder económico y militar.

  • Obodas III (30 a 9 a.C.): Promovió la agricultura y proyectos constructivos que estabilizaron la economía.

  • Aretas IV Philopatris (9/8 a.C. a 39/40 d.C.): Su reinado fue un periodo de prosperidad; expandió rutas comerciales y llevó a cabo significativas construcciones en Petra.

  • Malichus II (39/40 a 69/70 d.C.): Continuó la expansión y enfrentó presiones romanas.

  • Rabbel II Soter (70/71 a 106 d.C.): Último rey nabateo; su reinado finalizó con la anexión romana en el año 106 d.C.

Además, algunas reinas como Ḥuldo, Šagīlat, Šagīlat II, Gāmilat y Hagaru actuaron como coreinas junto con sus esposos en etapas posteriores del reino.

La numismática nabatea es un campo fascinante que refleja la transición del pueblo nabateo desde sus orígenes nómadas hasta la creación de un reino próspero y complejo, con Petra como capital y centro económico. 

  • Los nabateos comenzaron a acuñar monedas en el siglo II a.C., lo que evidencia su independencia económica y política. Estas monedas se usaban para facilitar el comercio en su vasto territorio y sus rutas de caravanas que conectaban Arabia con el Mediterráneo.

  • Las monedas nabateas más conocidas y valiosas provienen del reino en su apogeo, aproximadamente entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C. Durante el reinado de Aretas IV (9 a.C.–40 d.C.), conocido como un monarca constructor y de gran influencia, la acuñación alcanzó gran calidad y variedad.

  • La iconografía de las monedas nabateas incluye los retratos de los reyes, muy estilizados y en ocasiones acompañados de las reinas, lo que es un rasgo destacado en su emisión. El reverso frecuentemente muestra inscripciones en arameo nabateo, figuras femeninas, o símbolos relacionados con la realeza y la divinidad local. Por ejemplo, algunas monedas presentan estatuas o figuras femeninas drapeadas, que podrían representar a reinas o deidades.

  • Las monedas estaban hechas principalmente de bronce, plata y a veces aleaciones, y tenían varios tamaños y pesos dependiendo de su función y época.

  • La ceca principal del reino estaba en Petra, y es en esta ciudad donde se acuñaron muchas de las monedas conservadas hoy en día.

  • Las inscripciones en las monedas son valiosas para la historiografía porque usan la lengua y el alfabeto nabateo (una variante del arameo), y confirman la autonomía y la estructura monárquica del reino nabateo.

  • El estudio numismático ha permitido identificar a varios reyes nabateos con precisión histórica, tales como Aretas I, Obodas I, Rabbel II y especialmente Aretas IV, cuyo reinado marcó el máximo esplendor del reino y la actividad monetaria, con monedas a menudo encontradas en colecciones internacionales.

  • Algunas monedas representan a la esposa o coreina, como Shaqilat y Gamilat, mostrando la importancia de la figura femenina en la dinastía nabatea.

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