El Imperio bactrio o Reino grecobactriano ocupa un lugar singular en la historia antigua como un Estado helenístico surgido tras la conquista de Alejandro Magno y la posterior fragmentación de su imperio. Geográficamente, se situaba en la región de Bactriana, correspondiente hoy al norte de Afganistán, el sur de Uzbekistán y Tayikistán, entre el Hindú Kush al sur y el río Amu Daria (Oxus) al norte.
Cronología y contexto histórico:
-
Época aqueménida: Bactria fue originalmente una provincia importante del Imperio persa aqueménida.
-
Conquista de Alejandro Magno: Tras la caída de Darío III, la región resistió a Alejandro, quien la conquistó entre 329 y 327 a.C. y se casó con Roxana, una noble bactriana, para afianzar el control local.
-
Dominio seléucida: A la muerte de Alejandro, Bactria quedó bajo el control de los seléucidas, uno de los reinos helenísticos sucesores.
-
Independencia y formación del Reino grecobactriano: Hacia el 250 a.C., Diodoto I, sátrapa de Bactria, se rebeló y fundó un reino independiente. Este Estado se expandió hacia Sogdiana y, en su apogeo, abarcó territorios que hoy forman parte de Afganistán, Uzbekistán, Tayikistán y el norte de la India.
- Relación con la India y el surgimiento del Reino indogriego: Las luchas internas y la presión de pueblos vecinos llevaron a la escisión de sus dominios indios, dando origen al Reino indogriego, que perduró hasta el siglo I d.C..
Importancia histórica:
- Fue el reino helenístico más oriental y un punto de encuentro entre las culturas griega, iraní e india, facilitando un intenso intercambio cultural, comercial y religioso (por ejemplo, la difusión del budismo y la influencia del arte helenístico en Asia Central).
- La historia del reino se conoce principalmente a través de hallazgos numismáticos y algunas fuentes clásicas, ya que la documentación escrita es escasa.
- Representa una de las fusiones culturales más notables de la Antigüedad, en la encrucijada entre el mundo griego, persa e indio.