Carlos II de España (Madrid, 1661–1700), conocido como “el Hechizado”, fue el último rey de la Casa de Austria o Habsburgo en España. Reinó entre 1665 y 1700, heredando el trono tras la muerte de su padre, Felipe IV, cuando tenía solo cuatro años.
Carlos II nació con graves problemas de salud, probablemente derivados de la consanguinidad de los Habsburgo. Sufría debilidad física, infertilidad y limitaciones intelectuales, lo que condicionó su vida y su reinado. La falta de descendencia convirtió la cuestión sucesoria en el centro de la política europea, ya que su muerte supondría el fin de la dinastía y la apertura de un conflicto internacional por el trono español. Conflicto que podría ser denominado como la auténtica Primera Guerra Mundial.
También fue víctima de la Leyenda Negra y de la propaganda francesa y de los tejemanejes de Luis XIV, abuelo de Felipe V (Primero de los borbones en España). Quizás un día se hará justicia con Carlos II, un Rey mucho más digno y dedicado a España de lo que se nos ha transmitido.
Numismática en la época de Carlos II (1665-1700)
El reinado de Carlos II, último monarca de la Casa de Austria en España, estuvo marcado por una profunda crisis económica y política. Sin embargo, en el ámbito numismático, fue un periodo de importantes reformas y de gran diversidad de emisiones, tanto en la península como en los territorios americanos y europeos bajo dominio español.
Durante el reinado de Carlos II se acuñaron monedas en oro, plata y cobre:
Oro: Escudo, 2 escudos, 4 escudos, 8 escudos y piezas excepcionales como el centén (100 escudos).
Plata: 1/2 real, 1 real, 2 reales, 4 reales, 8 reales (el famoso “real de a ocho” o “dólar español”), además de divisores y piezas locales como el croat, dieciocheno, patard, filippo, etc..
Cobre (vellón): Ochavo (2 maravedís), cuarto (4 maravedís), 8 maravedís, 12 maravedís, entre otros.
Reformas monetarias y las “Marías”
A finales del reinado, se implementó una importante reforma monetaria (Pragmática de 1686), que buscaba estabilizar el sistema tras décadas de inflación y devaluación del vellón. Destacan:
Duplicidad de la plata: Se mantuvieron en circulación las piezas antiguas (“plata vieja”) y se introdujeron nuevas (“plata nueva”), con diferente valor real y facial. El real de a ocho antiguo pasó a valer 10 reales, mientras que el nuevo mantuvo el valor de 8 reales.
Monedas “María”: Las nuevas monedas de plata, especialmente los 8 reales acuñados en Segovia, Sevilla y Madrid, presentaban en el reverso el monograma de la Virgen María y la leyenda “PROTECTIONE VIRTVTE”, reflejando el apoyo de la Corona al dogma de la Inmaculada Concepción. Estas piezas son conocidas como “Marías” y son muy apreciadas por su iconografía religiosa y su rareza.
Las monedas de Carlos II se acuñaron en numerosas cecas:
Península: Madrid, Sevilla, Segovia (Real Ingenio), La Coruña, Burgos, Granada, Valladolid, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Mallorca, entre otras.
América: México, Lima, Potosí, Santa Fe de Nuevo Reino, Cartagena, Guatemala, Santiago de Chile, entre otras.
Europa: Nápoles, Milán, Sicilia, Flandes (Amberes, Bruselas), Cerdeña, Cerdeña, Cerdeña, etc..
Características de las monedas
Diseño: En el anverso suele aparecer el escudo de armas de la monarquía española y la leyenda “CAROLVS II D G HISPANIARUM REX”. En el reverso, el valor, la ceca y, en las “Marías”, el monograma de la Virgen.
Ley y peso: El oro mantenía una ley de 22 quilates (916,6 milésimas). La plata sufrió reducciones de ley y peso, especialmente en las monedas de vellón, para ajustar el valor intrínseco y extrínseco.
Errores y variantes: Son frecuentes los errores de cuño, variantes de ensayador y pequeñas diferencias en el arte, lo que incrementa el interés para el coleccionista.
La numismática de Carlos II es un reflejo de la compleja situación política y económica de la España de finales del siglo XVII, y constituye uno de los capítulos más interesantes y variados de la historia monetaria hispánica.